jueves, 28 de enero de 2010

Cacerolada en Grandas por Pepe el Ferreiro

Un centenar de vecinos, familiares y amigos de José Naveiras, Pepe el Ferreiro, protagonizó ayer una sonora cacerolada frente al ayuntamiento de Grandas de Salime, en protesta por su cese. Al grito de "Cacicadas no", y "Revilla dimisión" (por el regidor de Grandas), la multitud acudió luego al cercano museo etnográfico a rendir homenaje al Ferreiro, que volvía al trabajo.
Sus hijos comentaron que "está destrozado por lo ocurrido; cuando inició el museo sin ayuda de nadie, las instalaciones estaban en los bajos del ayuntamiento y se pasó 10 años trabajando por amor al arte; y mi madre, limpiando las dependencias también de balde otros 6. Al PSOE el museo les salió gratis, porque ya estaba hecho; incluso cuando a mi padre le sobraba un poco a fin de mes de su sueldo, lo reinvertía en el museo. Era y es como otro hijo para él. Y ahora le hacen esto". En Internet, los partidarios de Naveiras aumentan a cientos a cada día que pasa -en estos momentos su grupo de apoyo en Facebook supera las 3.000 adhesiones, llegadas no sólo de Asturias, Galicia y el resto de España, sino también de otros continentes-. Se habla entre los internautas de hacer al ex director un multitudinario homenaje en el concejo, y también de organizarse como plataforma para las siguientes protestas, que piensan seguir celebrando.
"El museo no tiene inventario, como le acusa la Consejería, por falta de medios y de personal y de presupuesto; bloquearon los fondos y ahora dicen que la gestión de mi padre era plana", cuentan sus hijos. "Incluso cuando se decidan a inventariar, necesitarán de mi padre para decir de quién es cada pieza, y cuándo fueron cedidas o donadas al museo". El se lo tomó ayer con humor: "Antes la que más me reñía era mi mujer; mira por donde, ahora ha venido a relevarla el Principado".
Ayer el alcalde grandallés y su sustituto acudieron al museo acompañados por la policía local, "no sabemos qué se pensaban encontrar". Pero la tensión se palpa en Grandas, y los agentes hicieron rondas por la instalación mañana y tarde. "A Pepe le pidieron las llaves del museo y él no las entregó, porque tiene allí cosas personales, pero cualquier día le cambian la cerradura", comentaron los vecinos, varios de los cuales están dispuestos cuando llegue ese momento a reclamar las posesiones que cedieron al complejo etnográfico. "Nunca se pudo desarrollar el museo como Pepe quería, porque le pusieron todas las trabas posibles".

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